domingo, 16 de mayo de 2010

La aventura de ser maestro

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Me parece muy valiosa la manera en que José Manuel Esteve, en base a sus propias vivencias en 25 años de experiencia docente, pinta a detalle cada elemento del cúmulo de emociones, frustraciones, fracasos, miedos, percepciones, alegrías, satisfacciones, perspectivas, pasiones, etc. Que la profesión de enseñanza contiene.

Al citar a Unamuno, cuyos pensamientos significaron enormemente en su vocación, me pareció que “dedicar la propia vida a pensar y sentir y a hacer pensar y sentir” es una de las definiciones (señalada en este caso por Esteve) más completas y más trascendentes que he escuchado.

Pero en definitiva, sus comentarios en relación a todas las dificultades a que nos enfrentamos como profesores, son tan acertados que yo misma sentí que esos comentarios eran en relación a mi propio desempeño docente. Maneja de una forma tan sutil y clara la información, que es muy fácil sentirse comprendido en todas las adversidades a las que nos enfrentamos.

Cuando menciona aprender a ser maestro por ensayo y error, me pareció tan desafortunado que aquí en México, y en específico en mi estado, la muchos de los docentes en nuestro subsistema, no habían tenido acceso a cursos de actualización (como este) que les permitieran “renovarse pedagógicamente” como menciona el autor, para mejorar su desempeño docente. Y es triste pensar, que ese periodo de experimentación natural en todo “novato”, en realidad ha sido prolongado por muchísimos años; es decir, los maestros con sus formas tradicionales de “enseñar”, nunca renovaron sus estrategias para consolidar el conocimiento en los alumnos.

En definitiva, este es un texto muy interesante, puesto que describe perfectamente todas las vivencias que como docentes vamos experimentando, desde nuestros inicios hasta días actuales. Al leer su contenido es fácil imaginarnos como actores en esta historia, considero que todos hemos vivido todas estas experiencias, sin embargo, en mi caso eran sólo un cumulo de anécdotas carentes de orden en el tiempo, que sin tener un solo intento para justificarlas, solamente contribuían a cerradamente sentir en mi persona, malestar y frustración, imaginando incluso, que esas experiencias negativas, eran exclusivas en mi persona, y que solamente en mi contexto pueden ocurrir. Jamás pasó por mi mente que en España, un docente pudiera protestar que sus alumnos le llegaran con un bajo nivel académico. Es necesario también reflexionar también en que existe un lado positivo que nos permite sentir alegría, orgullo y satisfacción en demasía por nuestra labor

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